VOLUNTARIADO EN CUSCO

Somos un grupo de voluntarios en Cusco, que realizamos una labor con niños que se encuentran en riesgo de exclusión social. Trabajamos en tres proyectos: Centro Huchuy Yachaq, Hogar María Salomé Ferro (chicos) y Hogar San Judas Chico (chicas).

lunes, 7 de enero de 2008

Una labor responsable

12/11/2007 23:32 h
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Es lunes y los lunes no hay niños en el centro porque nos reunimos los profes para planificar que vamos a hacer durante la semana. Para Luz y Eugenia es el primer día y para mi el segundo. Por ello, Marlene nos explica que es lo que se quiere conseguir en el centro: no se trata tanto de que los niños hagan sus tareas del colegio con nuestra ayuda, o de que les enseñemos a hacer manualidades. No, se trata más bien de que cuando sean mayores tengan una oportunidad en la vida; y para eso hay que conseguir alejarlos del mundo de la delincuencia y de la marginalidad, inculcándoles valores y siendo nosotros un ejemplo para ellos.
Hace sólo unas semanas el hermano de uno de los niños mató al padre de otro. Una borrachera, una discusión y una tragedia … y el dolor de toda una familia.
Acabamos de planificar la semana y decidimos ir a visitar a una familia de la zona, porque dos de sus hijos hace varios días que no vienen al centro. Para llegar a su casa hay que subir todavía un poco más, casi hasta arriba de la montaña. Aquí sólo hay casas de adobe y la calle no existe porque está en obras: subir parece casi imposible. Vemos muchos perros y Edy nos dice que en casi todas las casas tienen uno o dos para que vigilen por las noches que nadie entre a robar. ¿A robar? ¿Qué se puede robar donde hay tanta pobreza? ¿Sus ilusiones, sus sueños?
Llegamos a la casa pero los padres no están. Nos lo dice una de las niñas: sus padres se van por la mañana muy temprano y vuelven por la noche, muy tarde. No nos quieren explicar porque han dejado de ir estos días al centro pero nos prometen que mañana irán. Le preguntamos por su hermana mayor y nos dice que está en casa cuidando al pequeño: la hermana “mayor” es una ironía porque es una niña de 10 años que debería estar jugando con muñecas y, sin embargo, tiene que ocuparse de sus otros 4 hermanos y especialmente del pequeño, que apenas tiene 3 meses: es ella la que le da los biberones, la que le cambia los pañales, la que le consuela cuando llora …
Nos ha rodeado un grupo de niños que ríen y juegan con nosotros; parecen ajenos a la miseria que les rodea y les veo realmente felices. No importa el lugar, no importan las condiciones, no importa el no tener prácticamente nada: sólo importa que ellos están ahora aquí, con nosotros, y se divierten sin pensar en nada más …
Bajar desde donde estamos al centro es todavía más difícil que subir: un mal paso y caeríamos rodando hasta abajo. Son las 6:30 cuando cerramos el centro y empezamos a bajar para regresar. Por el camino, Marlene nos cuenta cosas que han pasado hace poco en el barrio: desgracias, miserias … historias que ponen los pelos de punta y que te hacen pensar en lo difícil que es la vida para esta gente, en lo injusto que es todo esto …
Y pienso en nosotros, los voluntarios y en el trabajo que vamos a realizar: va a ser duro y complicado y con muchísima más responsabilidad de la que nos podíamos imaginar … cada día tendremos que dar lo mejor de nosotros … cada día tendremos que luchar un poco por todos estos niños increíbles.


Juan, Cuzco 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde Trujillo con mucho cariño, me ha gustado mucho tu texto. Besos