Nunca me dejarán de sorprender los nombres utilizados, los que se acostumbran a utilizar, en hispano América.
El Perú, en esa cuestión, no va ser, no es, pues, una excepción.
Es fácil, entonces, encontrarse aquí con un Wiston del Rosario o con una Rebeca Sayonara. Tampoco nos debe extrañar que nos presenten a Rubén Spider, a Mario Batman o, en otra línea más sensible, a Celeste Alondra. Excepcional, eso sí, o al menos a mí me lo parece, es el nombre que da título a este breve comentario: Number One. Apelativo por el que se hacía llamar, porque no tenía otro nombre, el encargado de un restaurante de Aguas Calientes.
En fin.
Pero, quizá, riza el rizo la forma en la que fueron inscritas, en el registro civil del Cusco, dos hermanas gemelas. A una le pusieron el nombre de Anghela , y a la otra: el mismo. Es decir también Anghela. Es verdad que esto, el que las dos se llamen de la misma manera, ¡pucha!, nos puede acarrear, no más, ¡ah!, ciertos problemas, debieron decirse sus padres. Por eso y con buen criterio les añadieron un segundo nombre; a una el de “Leydi” y a la otra el Diana. Repito: “Leydi” y Diana.
Y cuando las dos Anghelas llegan, como lo que son: un par de princesas, el salón comunal Huchuy Yachaq se desborda en alegría.
Rafael Navarro Miñon
1 comentario:
Rafael eres un artista!!!
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